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Galería Marlborough, 2004 21 June 2004
Madre Pintura (1978-2002)
Madre Pintura (o Mother Painting) comenzó a plantearse ya en el año 1978, habiendo pasado por sucesivos estadios límbicos dentro de la mente de su creador. Su andadura objetual, no obstante, comienza a mediados del año 1.999. MP es un trabajo que, como tantos otros dentro de la obra de Antoni Socias, se remonta desde muy atrás, desde épocas en las que ésta tenía una apariencia bien distinta. MP, pues, es un proceso que ha tenido que desarrollarse paralelamente a otros procesos de concepción y/o planteamientos diferentes. En A. Socias la obra es su propio proceso; lo dice él mismo, y lo han dicho de él otras personas que saben de estos temas. De este modo, los desarrollos que en ella, y a través de ella, tienen lugar, se alternan y conviven en el tiempo, dando sus frutos en los momentos más inesperados, o cuando las circunstancias son propicias para ello.
Madre Pintura podría en cierto modo ser considerada como un homenaje a la pintura -la gran madre de todos los procesos de este artista-, origen de una vida dedicada al arte, y trasfondo de gran parte de la trama urdida en ella. En este sentido, M.P.trata de esto mismo, de pintura, aunque no se afana en buscar soluciones en ella, sino a partir de ella, utilizándola como materia prima de un desarrollo que va más allá del, en principio, previsible, discurso metalingüístico.
En Madre Pintura se utilizan “maneras antiguas”, especialmente en los acabados, lo que contrasta abiertamente con la solución final; para demostrar positivamente que nada está muerto, como dicen por ahí, ni siquiera la pintura, y que siempre hay nuevas soluciones para plantear el hecho artístico.
Desde el punto de vista técnico, cabe añadir que Antoni utiliza para Madre Pintura procesos pictóricos mecánicos; procesos automatizados que se fraguan, en este caso, en el vientre de una gran rotativa offset de alto rendimiento.
Fruto de la investigación continuada, Madre Pintura 22 se consolida a finales de 2.000 como una estructura conceptual que, más que hablar de sí misma, deja el campo abierto para poder construir nuevos planteamientos a partir de su propia oferta objetual. Aparentemente hermética, ha sido concebida como elemento de convivencia inquietante y perturbador.
Antoni Socías